El origen de la investigación parte del embarazo de Lía, quien a partir de escuchar el corazón latir de su hija dentro de ella, sentir como tú eres naturaleza, entonces, comenzó una investigación biológica, de ahí su interés por representar al corazón.

Otro punto referente de la investigación para ella, fue cuestionarse por qué el corazón siempre está presente en la poesía, en las canciones o en nuestras expresiones diarias.

Fernando se involucra en la obra, cuando Lía se acerca con motivos de asesoramiento, ahí dice él que notó el proceso de trasfiguración de la danza a lo plástico, de manera que se podía pintar con el cuerpo para generar imágenes. De su parte, opta por el tema del cuerpo, la acción y la ritualidad.

Lía, viene de la danza y el performance, por ello le interesa presentar algo vivo. Yóllotl, tiene movilidad.

Y así, de profesor y alumna, comenzaron a crear una amalgama de cosas que les interesaba a ambos: el arte, el ritual, la arqueología, la vida misma, y el corazón que siempre habla de la vida, pero también, entender el proceso de entender al corazón como movimiento y como primer ritmo que tenemos en la vida.

Con la intervención del cuerpo se utilizó vino, barro, agua, pintaron líneas curvas y rectas para representar los femenino y lo masculino.

Para Fernando, Yóllotl fue una secuencia de acción simbólica que tiene un principio y un final marcado; es lo más cercano que el arte puede proponer en cuanto al nivel de trascendencia que se puede dar, induciendo a las personas a entrar en fases de reflexión, perfección, profundidad filosófica, o todo lo que conlleva el pensamiento a través del arte.

Ambos afirmaron que desean preparar un Yóllotl ahora con sede en México.