El patio del recinto fue punto de encuentro para editoriales independientes y proyectos especializados en arte, diseño y cultura visual, que ofrecieron publicaciones únicas y materiales poco comunes. Además, se realizaron talleres como el de libros plegables con base cuadrada, impartido por Elsa Madrigal, y el de libro intervenido, guiado por Laura Corona, donde los participantes experimentaron con técnicas y formatos alternativos.

También hubo charlas y presentaciones de libros que despertaron gran interés, como Lenguajes sociales de la piel: narrativas y sobreescrituras, con Luz del Carmen Vilchis; El libro como materia, del Fondo Editorial de Temblores; y Huellas. Vestigios gráficos de una pandemia, vol. 3. Uno de los momentos más visitados fue la presentación del Gabinete de Libros Alternativos de la Biblioteca de la Academia, que reunió a artistas y docentes para hablar sobre sus procesos de creación artística.

A lo largo de la feria, se mantuvo activo un trueque de libros donde los visitantes podían intercambiar ejemplares y descubrir nuevas lecturas. Con un ambiente relajado y colaborativo, esta edición reafirmó a la Academia de San Carlos como un espacio que impulsa el diálogo entre la práctica artística, la experimentación editorial y la comunidad universitaria.