En la exposición se explora el ámbito de la ciencia biológica mediante diversas técnicas empleadas por 29 ilustradores, quienes presentan un total de 73 obras. La Maestra Erika Parra sostiene que muchos de los artistas involucrados en este proyecto sienten una fascinación por plasmar sus ideas con lápiz, experimentar con colores y texturas.

A través de la acuarela, grafito, ilustración digital, acrílico, lápices de colores, tinta china,  gouache, collages, se llena la sala de biodiversidad que puede resultarnos familiar, pero que cuando nos acercamos a ella, somos capaces de observar a cada detalle todo lo que nos perdemos cuando miramos de lejos: el color, la forma, la textura.

Al recorrer la exposición, nos encontramos con dos vertientes: por un lado, la representación de animales salvajes, y por otro, la dinámica de la vida entre carnívoros. A medida que avanzamos, la exhibición se vuelve más paisajística, mostrándonos flores, semillas y adentrándonos en un bosque a través del uso del color, la delicadeza y la paciencia demostrada por parte de los creadores.