Cada taller requería materiales específicos, como pluma, lápiz HB, plumón o fotocopias impresas en tóner, dependiendo de la técnica utilizada. Algunas permitían trabajar con un dibujo o diseño hecho en el momento, mientras que otras requerían la transferencia de imágenes mediante thinner.

La principal diferencia entre las técnicas radicaba en el material de la placa, el soporte intervenido con fisuras o incisiones para lograr la impresión del diseño. Durante esta intensa semana de grabado, los participantes aprendieron a trabajar con poliéster omega, Tetra Pak, relieve sobre trovicel, linograbado y siligrafía. Cada una de estas técnicas ofrecía una manera distinta de imprimir, algunas más prácticas que otras, pero todas estimulando la curiosidad y la atención de los asistentes.

Para la impresión, se utilizaron distintos tipos de papel, como algodón, cartulina bristol, papel revolución y tela manta, lo que permitió realizar pruebas y experimentaciones antes de obtener la impresión final. Además, cada tallerista ofreció una breve explicación teórica sobre el grabado, sus fundamentos y las herramientas esenciales, abarcando desde el uso del tórculo y la forma correcta de sujetar rodillos y gubias, hasta la preparación de la tinta, el entintado de la placa y la humidificación del papel, así como la creación de guías de impresión y otros detalles clave en el proceso.

El entusiasmo por la gráfica se reflejó en el interés y la participación activa de los asistentes, quienes compartieron un espacio de convivencia y aprendizaje mutuo. La emoción de grabar, entintar y girar el tórculo culminó en el momento de descubrir una nueva estampa en papel, haciendo de esta semana una experiencia enriquecedora para todos los involucrados.